En mi artículo anterior les comenté cómo HP me había mentido, haciéndome atravesar el océano atlántico, de Suecia a Uruguay, con una notebook rota que luego tuve que enviar de regreso a Suecia vía DHL. Ahora les pasaré a contar cómo fue que DHL me perdió esa misma notebook. Parece una broma: muchos de ustedes pensarán que es imposible tener tanta mala suerte, pero lamentablemente todo esto sí ocurrió.
El 3 de mayo de 2007 fui a la oficina de DHL del Shopping Center de Punta Carretas para hacer el envío de mi notebook a Suecia con el fin de que la reparen. El que me atendió me dijo: «más o menos en una semana llega a Suecia«.
DHL me cobró US$ 143 por el flete, packing, fuel surcharge y el seguro. Además tuve que pagar US$ 100 + IVA (US$ 123) por concepto de un trámite aduanero llamado Plusvalía (no tengo idea por qué le habrán puesto ese nombre) que se usa cuando se manda un artículo para que lo reparen en el exterior y que cuando ingrese nuevamente al país no deba pagar costos de importación.
No sé que pasó, pero ese trámite demoró 3 semanas. Recién el 24 de mayo partió la notebook del Aeropuerto Intl. de Carrasco con destino a Suecia. Para no darle tanto palo a DHL, se podría asumir que dicha demora se debió a la burocracia de la aduana uruguaya mas que a la incompetencia de DHL, aunque no estoy muy seguro de ello.
Los días siguientes me pasé entrando a la página web de DHL para hacer el rastreo del paquete, pero la única información que aparecía en la página era que la notebook había salido de Montevideo; no decía en qué ciudad se encontraba en ese momento. Fue ahí que empezaron mis frecuentes llamadas a DHL preguntando qué había pasado con mi notebook, ¿dónde estaba?.
Desgraciadamente no me supieron responder. Me dijeron que le habían perdido el rastro a la notebook y que iban a empezar a buscarla en los centros regionales de DHL donde van a parar los paquetes que se pierden (generalmente debido a que se les sale la etiqueta que indica el destino de los mismos).
Las semanas pasaron y la notebook seguía sin aparecer. Era bastante claro que no la iban a encontrar pero DHL demoró en confirmarmelo. Más o menos a mediados de julio, un poco más de 2 meses después de que les había entregado mi notebook, decidieron decirme que no la podían encontrar y que ya era hora de empezar a tramitar el seguro. Menos mal que la había asegurado!
Siguieron pasando las semanas y finalmente el 3 de agosto, me devolvieron el importe que les había pagado. La tortura de DHL duró exactamente 3 meses y la notebook nunca llegó a Suecia, y por lo que me dijeron, creen que ni siquiera salió de Argentina.
DHL me devolvió el dinero del flete y el monto por el cuál yo había asegurado la notebook, que es exactamente el mismo valor que aparece en la factura original de compra. DHL me pidió dicha factura para verificar la información y yo les pregunté para qué la querían, ¿acaso no alcanza con saber cuál fue el monto por el cuál la aseguré? (Cabe señalar que el costo del seguro varía según el valor que se declare). Les hice esa pregunta porque yo quería saber si era posible haber declarado un valor mayor al que pagué, porque de hecho, en muchos casos una notebook vale mucho más del precio de venta que tiene en una tienda comercial, debido a la información que se lleva dentro de ella. DHL me respondió que eso no era posible, la información o el valor sentimental que podemos tener por un objeto no es algo que se pueda asegurar.
En mi caso perdí unas cuantas fotos que no había podido respaldar. Además, una gran cantidad de información personal fue a parar a las manos de quién sabe quién. DHL no me pagó absolutamente nada por eso y tampoco me recompensó por los 3 meses que me tuvo a la espera. Me pagó lo mínimo que podía pagarme.
Conclusión: nunca más en mi vida voy a mandar un paquete por DHL y siempre que tenga la oportunidad voy a hablar mal de ellos.